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La Casa Virreynal Limeña
Son varios los aportes que trae consigo el presente libro. Como en todos los temas que sobre la arquitectura virreinal peruana ha abordado, Antonio San Crsitóbal nos proporciona nueva y valiosa documentación. En este caso, más de dos centenas de conciertos notariales no sólo transcritos e incluidos en la publicación, sino que adecuadamente descifrados e interpretados, le han permitido la reconstrucción de la traza de 120 viviendas edificadas en el centro urbano limeño entre 1570 y 1687. La pormenorizada identificación y reconstrucción topográfica, programática y tecnológico-constructiva de la vivienda limeña en ese periodo, le han permitido rebatir con argumentos inapelables la serie de versiones positivistas y formalistas, carentes de rigor o alimentados por un ideologismo a veces eficazmente camuflado. La casuística reunida, ampliamente expuesta y comentada, si bien es representativa en cantidad no lo es en cuanto a las áreas urbanas comprendidas en el análisis dado que están ausentes la periferia y el populoso barrio de San Lázaro. Esta limitación no nos permite por eso mismo hacer justicia al título del libro, pues lo que en él se ofrece es básicamente -aunque no exclusivamente-, la visión de lo que tradicionalmente ha sido reunido bajo el nombre de vivienda señorial. Sin embargo la taxonomía aplicada en la investigación es
digna de ser discuitida por su contenido e implicancias. El texto nos
presenta ocho modelos de casas, clasificados según criterios disímiles:
programáticos (casa completa, casa incompleta), topográficos
(casa alta, casa baja, casa fronteriza), cuantitativos (casa pequeña,
casa grande, casa menor) y otros (casa con corredor cobijo). Conceptualmente sin embargo hay un error en esa estratégica disociación
puesto que ella no ha sido asumida en todas sus implicancias. Pongamos
un ejemplo: el callejón de cuartos -no individualizado en la clasificación
propuesta en el texto-, se constituye como tipo edilicio formado por un
conjunto de "cuartos" dispuestos linelamente y que comparten
un espacio longitudinal común, generalmente perpendicular a la
calle. Esa es la principal limitación que observamos en el texto, más
allá de la identificación de los "modelos", interesaba
llegar a la identificación de los "tipos edilicios",
entendiendo el "tipo" en los términos de Rafael Moneo
(1) como "aquello que constituye la verdadera naturaleza de la obra".
Una revisión de las 120 trazas de viviendas cuidadosamente reconstruidas
con la acuciosidad característica de Antonio San Cristóbal,
guiados por el concepto del tipo nos permitiría, no sólo
la identificación de varios tipos de vivienda -algunos de ellos
desaparecidos-, sino también el proceso de construcción
y consolidación de algunos de ellos, aplicando así con rigor
y sin interferencias la hermeneutica, la interpretación de la arquitectura
de la vivienda limeña. El problema podríamos sintetizarlo de esta manera: la necesaria
desmitificación de las historias eurocentristas en todas sus variantes,
no debe dar lugar a desviaciones producidas por la tendencia opuesta,
pero igualmente ideologizada, de buscar la total autonomía y originalidad
de las expresiones virreinales. El problema invade el campo epistemológico, pues en la investigación
hay evidentes rezagos positivistas, en especial en la idea de tratar de
explicar la arquitectura sólo a través de la arquitectura
misma, lo que se refleja en el libro, en la marginación no sólo
de los aspectos urbanos, sino los sociales y culturales, especialmente
trascendentes en el épico y extraordinario proceso de construcción
de las nuevas ciudades como de sus arquitecturas, en particular la de
sus viviendas, tan ligadas a gustos, expectativas, patrones, hábitos
y expresiones de los distintos sectores que componen el complejo tejido
social virreinal. Por el contrario, partiendo de "la baja densidad de las ciudades
hispanoamericanas del XVI: menos de 2 hab/Ha, al lado de las ciudades
españolas de los siglos XII al XV entre 65 y 90 hab/Ha" (2)
podían establecerse puntos de partida definitorios para explicar
de inicio, la imposibilidad de trasladar sin ninguna mediación,
los tipos edilicios hispanos y por el contrario, entender el proceso de
subdivisión de la propiedad y el de densificación del tejido
urbano, como parte esencial de la consolidación urbana, en una
ciudad inédita -tanto para los españoles como para los indios,
negros y la amplia gama de mestizos-, que demandaba respuestas singulares. Hace tiempo ya que nuestro autor ha revolucionado la historiogarfía de la arquitectura virreinal, abriendo como hemos mencionado en más de una ocasión, una nueva etapa. La carencia de debate y hasta de interlocutores, nos dice mucho del retraimiento de nuestros historiadores para plantear una discusión que se hace impostergable e imprescindible. ¿Estamos pasando de una historiografía eurocentrista a una etnocentrista?. ¿Hasta dónde son atendibles sus radicales observaciones y conclusiones?. Frente a la gran amplitud de nuevas fuentes que ha introducido ¿qué nuevas tareas y horizontes se puede trazar?. Este libro sin duda reitera esas y muchas preguntas más. Demandamos que ellas sean atendidas, así su extraordinario esfuerzo será estimulado y recompensado, pero sobre todo, nuestra historiografía saldrá de la indiferencia frente a la gran tormenta que Antonio San Cristóbal ha desencadenado.
NOTAS. 1. Artículo " DE LA TIPOLOGIA" , publicado en la revista
"Oppositions", 1978. |
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